No siento el haberte querido,
sólo siento haber olvidado,
que detrás de tus ojos oscuros,
existían misterios vetados.
El sendero guardó tus pisadas,
en la mañana teñida de mayo,
mientras la luz lloraba tu ausencia,
entre las piedras del viejo remanso.
No sé si vendrás, si viniste,
no sé si te habré olvidado,
no sé si el viento de agosto,
te traerá hasta mí de la mano.
Cruza el aire,
roto ya el misterio,
ya no hay preguntas,
ya no hay pasado,
Queda la nostalgia, prendida en el aire,
de un tiempo tan solo soñado.