Los días eran blancos y azules. El cielo, inquieto e indeciso, se cubría de pequeñas hebras algodonosas que viajaban sin descanso. Se resistía, igual que nuestra piel rebosante de sabor … Continúa leyendo De otoño…

Los días eran blancos y azules. El cielo, inquieto e indeciso, se cubría de pequeñas hebras algodonosas que viajaban sin descanso. Se resistía, igual que nuestra piel rebosante de sabor … Continúa leyendo De otoño…